Marlon Rabanales se declaró inocente de presuntamente haber estallado contra su hija que le dejó costillas rotas, columna dislocada y moretones en la cabeza
Un inmigrante irregular de golpear salvajemente hasta la muerte a su hija de dos meses en Long Island lo hizo porque no podía lograr que dejara de llorar, indicaron los fiscales.
Identificado como Marlon Rabanales-Pretzantzin, de 20 años, se declaró inocente en el tribunal de presuntamente haber estallado en un ataque de ira violento el 7 de marzo, dejando a su hija, Liseyda, con varias costillas rotas, moretones en la cabeza, una columna dislocada y una hemorragia severa en el cuello.
En la audiencia, el juez interrogó con disgusto al asesino de la bebé, mientras los fiscales desglosan cómo el iracundo padre de dos hijos estaba solo cuando perdió la cordura debido al llanto constante.
“Al final, no pudo soportarlo más”, señaló a la prensa la fiscal de distrito del condado de Nassau, Anne Donnelly.
Rabanales-Pretzantzin presuntamente tomó a su hija y la abofeteó en la cara varias veces, la golpeó en el abdomen repetidamente y después la levantó y empezó a sacudirla violentamente.
Posteriormente, la lanzó sobre la cama, donde presionó con ambos puños contra su pequeño cuerpo con todo su peso corporal, dejándola sin vida finalmente.
Tras matar brutalmente a su hija, traslado su cadáver a la casa de un vecino, quien llamó al 911 y la llevo inmediatamente al hospital, donde fue declarada muerta, explicaron las autoridades.
A los primeros funcionarios en responder se les dijo en principio que Liseyda se había atragantado con la fórmula, pero el padre cambió rápidamente su historia y le dijo a los oficiales que se había quedado dormido sosteniéndola y que ella cayó de la cama al piso, reportó New York Post.
Finalmente, las autoridades presentaron evidencias y lograron que el hombre confesara, admitiendo todo lo que la fiscalía le dijo al juez.
La autopsia de la bebé dio a conocer que tenía fracturas en las costillas previas en proceso de curación, lo que probablemente apunta a un abuso anterior, de acuerdo con el fiscal del distrito.
Su otro hijo, de 14 meses, que estaba en la casa al momento de la muerte de su hermana, no mostró señales de abuso y ahora se encuentra con su madre, dijo el fiscal de distrito.
“Le dieron el regalo de una hermosa niñita, y el 7 de marzo devolvió ese regalo ensangrentado, golpeado y muerto”, manifestó Donnelly.
Rabanales-Pretzantzin es un inmigrante irregular de Guatemala, aunque las autoridades de Nassau no quieren que lo deporten.
“Está en el país ilegalmente, pero lo mantendrán aquí en el condado de Nassau y lo procesarán con todo el peso de la ley”, señalo Donnelly.
Reconoció que en última instancia depende del gobierno federal si lo deportan o no antes de ser juzgado, pero Donnelly indicó que su oficina y los federales están haciendo su mejor esfuerzo en este caso y tienen toda la intención de tratar de condenarlo en Estados Unidos.
El hombre originario de Guatemala se encuentra encarcelado sin derecho a fianza y deberá regresar a la corte el 6 de mayo.