La decisión podría allanar el camino para que Erik y Lyle Menéndez salgan de la cárcel bajo libertad condicional, después de más de 30 años en prisión
Un juez de Los Ángeles re-sentenció este martes a los hermanos Menéndez, que cumplen cadena perpetua por el asesinato de sus padres en 1989 en una mansión de Beverly Hills.
Esto les permitirá ahora buscar la libertad condicional. El juez Michael Jesic impuso a Erik y Lyle Menéndez una nueva condena, que puede ir de 50 años a cadena perpetua.
La decisión sobre su posible liberación se tomará en una audiencia de libertad condicional en junio.
Ambos reconocieron haber asesinado a sus padres, Kitty y José Menéndez, pero afirmaron que actuaron en defensa propia tras años de abuso y que ya se rehabilitaron.
Por el contrario, la fiscalía argumentó que los hermanos planearon meticulosamente los asesinatos a tiros para acceder a la fortuna de sus padres, que aún no han asumido su responsabilidad y que no deberían ser liberados.
El infame caso, que ha dado lugar a libros, documentales y dramas, aún divide a Estados Unidos.
El juicio original

El drama de la familia Menéndez comenzó el 20 de marzo de 1989, cuando los hijos del empresario musical cubano estadounidense José Menéndez llamaron a la policía a reportar que sus padres habían sido asesinados a tiros en su casa de Beverly Hills, en California.
Pero el comportamiento de los hermanos después de la muerte de sus padres -derrochando dinero en objetos de lujo- y una inesperada confesión de uno de los hermanos a su psicólogo los puso en la mira de las autoridades como los principales sospechosos del crimen.
El arresto llegó en 1990 y después de una demorada secuencia de procesos jurídicos, los hermanos finalmente se presentaron ante un tribunal en 1993, reconociendo el asesinato pero revelando además que su motivación fueron los abusos sexuales a los que José Menéndez habría sometido a sus hijos durante años.
El juicio se convirtió en tal escándalo de la televisión estadounidense y generó tanta polarización en la audiencia que tuvo que declararse nulo, con lo que se dio pie a un segundo proceso lejos de las cámaras.
Además, durante el segundo proceso el juez descartó la posibilidad de declarar a los hermanos culpables de homicidio involuntario por los supuestos abusos que sufrieron, con lo cual dejó al jurado con solo dos opciones: condenarlos por asesinato o declararlos inocentes y dejarlos en libertad.
El 18 de abril de 1996 los hermanos Lyle y Erik Menéndez fueron condenados por asesinato y recibieron cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Desde que fueron condenados, ha continuado la campaña de algunos de sus familiares y amigos para que sean liberados.
Aseguran que el juicio en el que fueron condenados se vio impactado por la imposibilidad de presentar los testimonios de los que conocían los abusos y por el desconocimiento que había hace tres décadas de la prevalencia de los abusos sexuales de padres a hijos.
La causa de los hermanos Menéndez recibió un espaldarazo en 2023 después de que el exintegrante del grupo musical Menudo, Roy Rosselló, asegurara que José Menéndez abusó sexualmente de él cuando era adolescente.
“Ha sido una pesadilla”

Los hermanos dieron una emotiva declaración ante el tribunal, a través de video, en la audiencia de este martes.
El tribunal escuchó a los parientes detallar cómo el caso afectó a su familia y solicitar al juez que permitiera la liberación de los hermanos.
Anamaria Baralt, prima de los hermanos y quien ha sido muy cercana a ellos desde niños, le dijo al juez que merecen una “segunda oportunidad”.
“Ha sido una pesadilla”, dijo. “Estoy desesperada por que este proceso termine”.
En ocasiones, Erik y Lyle se mostraron conmovidos mientras la familia relataba cómo sus crímenes los habían afectado.
Ambos se secaban los ojos en ocasiones, mientras que Erik se cubría la boca o se ponía las manos en la cabeza en otras.
Baralt habla con Erik y Lyle con frecuencia, declaró ante el tribunal, y testificó que han asumido la responsabilidad de sus actos.
También señaló que admitieron haber intentado manipular su juicio anterior, y que Lyle le confesó que le había pedido a un testigo que mintiera al declarar.
“Son hombres muy diferentes de los niños que eran”, expresó.