Desafíos ambientales en República Dominicana: ¿un atisbo de esperanza?

Científicos y especialistas dominicanos alzan su voz para exponer los retos ambientales que enfrenta el país para garantizar la protección de los recursos naturales y el desarrollo sostenible.

Llega una nueva celebración del Día Mundial del Medio Ambiente y las reflexiones que acompañan la fecha se concentran en visibilizar los problemas, denuncias, análisis y promesas que se abordan año tras año. Todo el año.

¿Cuál es el principal desafío ambiental que enfrenta República Dominicana en estos momentos? Científicos y ambientalistas responden a esta pregunta de LISTÍN DIARIO desde diversos enfoques.

Sixto J. Incháustegui, biólogo herpetólogo, presidente del Grupo Jaragua, llama la atención sobre la pérdida de biodiversidad y las consecuencias del cambio climático en los ecosistemas costeros marinos y de altas montañas.

El biólogo marino Peter Sánchez alerta sobre los efectos de la contaminación por plásticos en la atmosfera, mares y ríos; y el arquitecto y planificador urbano Marcos Barinas explica las consecuencias que dejan las políticas urbanas que priorizan la infraestructura, el crecimiento incontrolado de la huella urbana y la informalidad en la construcción. 

Para Rosa M. Bonetti, presidenta de la fundación Propagás, “sin una educación ambiental de calidad, no hay política ambiental viable”; y para Michela Izzo, directora de Guakía Ambiente, las comunidades juegan un papel clave en las soluciones ambientales gracias a “su arraigo territorial y vinculación con las dinámicas de los ecosistemas”.

Aunque asegura que “es poco lo que se ha hecho a nivel normativo y a nivel de ordenamiento territorial para facilitar extraer agregados para el sector construcción sin generar impactos ambientales negativos”, el geólogo Osiris de León comparte los buenos resultados de un programa que promete recuperar ecosistemas degradados por esta práctica.

Sixto J. Incháustegui, biólogo, presidente del Grupo Jaragua

Muchas especies de los ecosistemas de montaña y costeros marinos se encuentran ya en peligro de extinción

Actualmente enfrentamos tres grandes crisis ambientales: (1) extinción y pérdida masiva de biodiversidad, (2) crisis y cambios climáticos y (3) contaminación, principalmente por plásticos.

Al menos desde la Cumbre de la Tierra en 1992 estamos tratando de remediar y mitigar estos impactos, siempre quedando rezagados en las metas propuestas.

De manera más inmediata, en la República Dominicana nos afectan las consecuencias del calentamiento global en dos tipos de ecosistemas vitales para el país: los ecosistemas de altas montañas/cuencas altas, donde nacen los ríos, y los ecosistemas costeros marinos productores de playas.

Muchas especies que conforman estos ecosistemas se encuentran ya en peligro de extinción. Por esto los consideramos como los más inmediatamente amenazados y que requieren mayor protección.

Las soluciones basadas en la protección efectiva de los ecosistemas naturales son consideradas actualmente las más costo-efectivas. Estas deben implementarse y fortalecerse en nuestro país.

La Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030) estableció el desarrollo sostenible como uno de sus ejes. También estamos comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las metas de biodiversidad Kunming-Montreal para el 2030, y el Acuerdo de París. Hagamos nuestro mayor esfuerzo para alcanzarlas.

Marcos Barinas, arquitecto y planificador urbano

“Tenemos una tarea muy importante para poder equilibrar la sostenibilidad urbana del país y asumir el impacto del crecimiento de la población urbana”.

Nuestras políticas urbanas han fomentado una tendencia de crecimiento que ha priorizado la infraestructura de transportación privada por encima de las ordenanzas municipales dirigidas a la habitabilidad de las ciudades. Esto, junto al crecimiento incontrolado de la huella urbana, ha traído como consecuencia una amenaza a las áreas protegidas, a las zonas agrícolas y a importantes recursos hídricos.

Cuando a este modelo de planificación agregamos el gran aumento de la población urbana en la isla y la alta informalidad en la construcción, nos damos cuenta de que tenemos una tarea muy importante para poder equilibrar la sostenibilidad urbana del país y asumir como se debe asumir el impacto del crecimiento de la población urbana.

Entre las islas grandes del caribe, mientras Cuba y Jamaica tienden a la estabilización de su población urbana y Puerto Rico decrece, el crecimiento de la población urbana en La Hispaniola crece exponencialmente.

En el caso de República Dominicana (80% de población urbana) la huella construida se ha triplicado en 20 años, principalmente en las zonas costeras, las áreas agrícolas se han reducido sustancialmente, el grado de presión hídrica podría aumentar a niveles insostenibles y la sobredemanda de uso a la cual han sido sometidos los ecosistemas costeros y marinos ha generado una degradación progresiva de los mismos.

Peter Sánchez, biólogo marino y ambientalista

La producción de plásticos conlleva una gran huella de CO2

Los plásticos, en su mayoría producidos a base de petróleo, no solo contaminan visualmente, también contribuyen al calentamiento global, la contaminación de la atmosfera, de los mares y los ríos. Su producción conlleva una gran huella de CO2. 

Cuando los desechamos inadecuadamente liberan elementos químicos como el Bisfenol A (BPA), conocido como un disruptor endocrino, o se degradan en pequeños pedazos llamados microplásticos (partículas menores de 5 mm) que pueden finalizar hasta en nuestros órganos.

Nuestros ríos, que son de suma importancia para la producción de agua potable, se encuentran constantemente amenazados. También nuestras costas, que son la base de la economía turística del país, están bajo presión por los desechos plásticos, síntoma claro y evidente de un sistema de recolección y reciclaje deficiente.

Cada año, 8 millones de toneladas de plásticos terminan en los océanos. Según la National Geographic, más de 2,100 especies de animales se ven afectadas por los desechos plásticos, algunas de estas en peligro de extinción.

Hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, debemos tomar conciencia y reflexionar sobre nuestro consumo abusivo de este producto en todos sus niveles para detener esta catástrofe.

Rosa Margarita Bonetti, presidenta de la fundación Propagás

Un enfoque contextualizado para una educación ambiental transformadora

La educación ambiental debe ocupar un lugar central y transversal en la formación ciudadana, promoviendo una relación armónica entre las personas y su entorno natural. Este enfoque, profundamente esperanzador, no solo amplía la mirada hacia el ambiente, sino que también inspira acciones concretas orientadas a una convivencia equilibrada con el planeta.

Con un esfuerzo colectivo y un enfoque adaptado a las realidades locales, la República Dominicana puede consolidar una propuesta educativa que sitúe la relación con la naturaleza en el núcleo de su desarrollo sostenible.

El objetivo es construir un proceso educativo continuo, integrador y significativo, donde los estudiantes no solo adquieran conocimientos, sino que los comprendan, los analicen críticamente y los transformen en valores, actitudes y comportamientos responsables. Así, estarán mejor preparados para involucrarse activamente en la gestión ambiental y en la construcción de un futuro sostenible.

La comunidad educativa debe ser el motor de esta transformación. Las estrategias didácticas deben partir de la realidad local, promover la creatividad y fomentar una interacción consciente y respetuosa con el entorno. 

Las instituciones educativas, por su parte, deben adoptar un enfoque integral de sostenibilidad, donde los estudiantes no solo aprendan sobre el ambiente, sino que vivan y experimenten prácticas coherentes con esos aprendizajes.

Educar en el amor y el respeto por la naturaleza implica reconocer que somos parte de ella, no agentes externos. Solo desde esa comprensión profunda es posible fomentar un desarrollo humano integral, especialmente entre los sectores más vulnerables, ampliando las bases de una ciudadanía crítica, consciente, propositiva y comprometida con la responsabilidad social y ambiental.

¡Sin una educación ambiental de calidad, no hay política ambiental viable!

Michella Izo, especialista en Ciencias Ambientales, directora ejecutiva de Guakía Ambiente

La gobernanza local efectiva multiplica los impactos positivos

Como pequeño estado insular en desarrollo, la República Dominicana presenta alta vulnerabilidad ambiental, determinada por su exposición a amenazas naturales y su sensibilidad socioeconómica y baja capacidad adaptativa. 

Esta combinación genera emergencias multisectoriales –degradación de suelos, pérdida de biodiversidad, contaminación de agua, suelo y aire- con riesgos crecientes de daños irreversibles.

Ante estos desafíos, se requiere un cambio sistémico, donde el conocimiento científico y las prácticas locales converjan.

Las comunidades, por su arraigo territorial y vinculación con las dinámicas de los ecosistemas, son agentes clave en este proceso. Su empoderamiento garantiza que las soluciones sean contextualizadas y sostenibles.

En Guakía Ambiente hemos evidenciado cómo la gobernanza local efectiva -cuando el Estado la integra en políticas públicas, que favorecen la acción coordinada de múltiples actores a diferentes niveles- multiplica los impactos positivos: fortalece la vigilancia ambiental, optimiza el uso de recursos y crea redes de resiliencia. 

La verdadera transformación exige esta sinergia donde las comunidades lideren, las instituciones acompañen y la ciencia guíe. Solo así lograremos un modelo ambientalmente justo y territorialmente coherente.

Osiris de León, ingeniero geólogo, miembro de la Academia de Ciencias de República Dominicana 

Extracciones de agregados de ríos generan impactos ambientales evitables

Desde junio de 1971, cuando el presidente Joaquín Balaguer promulgó la Ley 123/71 que prohibía las extracciones de agregados de ríos, a los fines de proteger sus cauces, sus márgenes y su perfil de equilibrio, y desde abril 2000, cuando la Academia de Ciencias entregó al presidente Leonel Fernández un estudio realizado por el académico e ingeniero geólogo Osiris de León, con 65 sitios de canteras secas para extraer agregados sin intervenir los cauces de los ríos, es poco lo que se ha hecho a nivel normativo y a nivel de ordenamiento territorial para facilitar extraer agregados para el sector construcción sin generar impactos ambientales negativos.

Nizao, Nigua, Yubazo, Boca de Nigua, Baní, Haina, Las Lavas y La Atravezada de Navarrete, Tireo de Constanza, Yaque del Norte, Yaque del Sur, etcétera, son algunos de los lugares famosos para extracciones de agregados fluviales que suplen al sector construcción, pero donde pocas veces se aplica un plan de recuperación ambiental como el que recientemente fue aplicado en Boca del Arroyo, cerca del puente Lucas Díaz, en el río Nizao, donde se utilizaron viejos neumáticos mineros reciclados para estabilizar taludes, nivelación de terracería, reforestación y jardinería, dejando allí un hermoso parque ecológico.

Hoy día la Egehid, el Ministerio de Medio Ambiente y el presidente Luis Abinader trabajan en programas para la limpieza de los sedimentos acumulados en las presas de Las Barías, Valdesia y Hatillo, para extraer agregados a “cero costo para el Estado Dominicano”, para recuperar la capacidad original de almacenamiento de agua en cada uno de esos embalses, y para suplir agregados fluviales de alta calidad para el sector construcción sin generar impactos ambientales negativos a los cauces de los ríos. Este excelente programa ha de extenderse al resto de embalses del país.

CIFRAS DE INTERÉS

Plásticos. En República Dominicana se generan alrededor de 88 mil toneladas de residuos plásticos al año. De estas, solo se gestionan unas 22 mil (BID, 2021). De acuerdo con la fundación The Ocean Cleanup, los ríos Ozama e Isabela figuran entre los mil ríos más contaminantes del mundo.

Disposición de residuos. De acuerdo con el Plan Nacional de Gestión de Sitios de Disposición Final 2023–2033, de los 243 vertederos existentes en el país apenas 83 están en condiciones de seguir funcionando. El resto, 160 vertederos, deben cerrarse. El 95 por ciento de los vertederos funciona a cielo abierto. Este plan establece los lineamientos generales “sobre el diseño, construcción, operación, rehabilitación y cierre de sitios de disposición final (SDF)”.

Cambio climático. El Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCC) ha insistido en que República Dominicana necesita invertir USD$ 8,715,787,193 en acciones de adaptación al cambio climático, una cifra sugerida por la Contribución Nacionalmente Determinada 2020 (NDC-RD 2020), el documento que establece los compromisos climáticos del país al año 2030. 

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